Techos, altura y pensamiento creativo
Los techos altos favorecen el pensamiento creativo y los techos bajos favorecen el pensamiento concreto. Si nos adentramos, por ejemplo, en el Monasterio de Sant Cugat, y nos sentamos en uno de sus bancos podemos percibir la sensación de conexión con algo más elevado, más abstracto, con el mundo de las ideas y los conceptos, con la reflexión y los pensamientos más idealizados y creativos.
